BUICK

  • LA GAMA MASTER SIX PRESENTADA POR LA BUICK MOTOR COMPANY EN 1929 INCLUÍA TRES TIPOS DE CHASIS, DE 116, 121 Y 129 PULGADAS DE BATALLA
  • LOS CHASIS DE 121 PULGADAS SE PRESENTABAN EN CINCO MODELOS, DE LOS CUALES LES PRESENTAMOS EL MÁS ATRACTIVO, EL 29-44 SPORT ROADSTER

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Valencia, 2 de enero de 2016.- El escocés David Dunbar Buick, fue un próspero empresario que hizo fortuna fabricando bañeras esmaltadas. En 1902 fundó la Buick Manufacturing Co., pero tras unos años de dificultades económicas la empresa pasó al control de William Crapo Durant, quien trasladó la sede social a la localidad de Flint (Michigan).

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En 1908 Durant fundó la General Motors Co. siendo Buick  una de las primeras marcas que integraron esta Corporación, junto con las marcas Cadillac, Oldsmobile y Oakland (fotografía de la derecha, el modelo B de 1904, primer modelo fabricado por la firma).

Los coches fabricados por la Buick pronto alcanzaron una merecida fama por su cuidado diseño y sus lujosos acabados, únicamente superados por los lujosos Cadillac. Entre 1919 y 1926 la marca estuvo a la cabeza de vehículos vendidos en los EE. UU.

Los modelos del año 1929, presentados el 29 de julio de 1928, conmemoraban el vigésimo quinto aniversario de la Buick  Motor Company: los nuevos coches, bautizados como Master Six,  se ofrecían con tres longitudes de chasis, de 116, 121 y 129 pulgadas.

Dentro de la batalla de 121 pulgadas se ofrecían las siguientes versiones:

  • Modelo 29-41 Sedán: berlina cerrada de cuatro puertas y cuatro ventanillas con capacidad para cinco pasajeros.
  • Modelo 29-44 Sport Roadster: coupé abierto de dos puertas con capacidad para cuatro pasajeros.
  • Modelo 29- 46 Business Coupe: coupé cerrado de dos puertas y dos plazas.
  • Modelo 29-46 S Special Coupe: coupé cerrado de dos puertas y cuatro plazas.
  • Modelo 29-47 Sedan: berlina de cuatro puertas y seis ventanillas con capacidad para cinco pasajeros.

Estos coches se caracterizaban por tener un chasis independiente de la carrocería: el chasis, realizado con dos vigas de acero unidas mediante travesaños, que le dan la forma de una escalera, era muy rígido y contaba con un sistema de engrase centralizado.

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Equipaban un moderno motor de seis cilindros en línea  y un cilindrada de cinco litros (fotografía de la izquierda). El árbol de levas estaba colocado en un lateral del bloque motor desde donde accionaba mediante balancines las válvulas colocadas en la culata.  La lubricación del motor era automática.  Este quedaba apoyado en el chasis sobre tacos de caucho para mitigar las vibraciones que pudiera producir. De la alimentación se encargaba un carburador Marvel y una bomba mecánica de gasolina. Esta mecánica era capaz de desarrollar 90,5 caballos vapor así como un elevado par motor, suficientes para impulsar el coche a cerca de 110 kms./hora.

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La transmisión se transmitía a las ruedas traseras a través de un embrague de diez discos y una caja de cambio mecánica de tres velocidades y marcha atrás. El cardan de la transmisión iba metido dentro de un tubo de empuje para atenuar las vibraciones. El grupo trasero era del tipo flotante. La dirección se transmitía a las ruedas delanteras a través de un mecanismo de tornillo sin fin con una relación de desmultiplicación de 16.2 a 1. En contraste con el avanzado diseño del motor y del chasis, las llantas tenían unos sólidos radios de madera; los frenos mecánicos de tambor tenían las zapatas colocadas por fuera del tambor, de modo que al accionarse el freno rozaban contra la cara externa del mismo (fotografía de la derecha). El freno de mano, actuando sobre las ruedas traseras, por el contrario accionaba unas zapatas interiores. La suspensión se confiaba a ejes rígidos en ambos ejes, apoyados en ballestas y amortiguadores de palanca.

Historia del modelo presentado

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El modelo presentado  fue fabricado en 1929 y su precio básico era de 1.325 dólares. El equipamiento básico podía completarse con detalles tales como parachoques delantero y trasero, reloj, llantas de artillería (madera), rueda de recambio, etc.

Según nos explica el coleccionista que lo disfrutó durante muchos años, “permaneció  durante muchos años en Nueva York en un estado deplorable (en la fotografía de la derecha un recuerdo de su vida americana): oxidado y pintado en un estrafalario color rojo; a mediados de los años noventa fue restaurado en Francia pero por lo que respecta al motor o no se hizo bien, o se maltrató en un momento determinado de su vida. Posteriormente llegó a España donde fue expuesto en la Feria Motor Epoca de 1998”.

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Allí, el mismo día de la inauguración de esta feria fue adquirido por este coleccionista; según nos explica lo que le atrajo fue la estética, vio que era un coche muy proporcionado en sus dimensiones, muy bonito, con una pintura perfectamente tratada en sus dos tonos. Comprobó que el motor funcionaba bien y tras probarlo ya estaba  apalabrado y comprado.

Y, ciertamente, no podemos estar más de acuerdo con él: su aspecto exterior es espléndido, gracias a la acertada combinación de colores de su pintura y a su perfecto estado de conservación. Destacan las llantas de artillería realizadas con radios de madera, así como el gran número de piezas cromadas que realzan su aspecto, tales como la elegante parrilla con su correspondiente mascota así como sus elegantes parachoques.

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Tras su compra se le hizo una revisión para asistir al Rally Internacional Expo Lisboa’ 98, aprovechando la Expo celebrada durante ese año. Durante el mismo comprobó que el Buick aguantaba muy bien, pero que le hacían falta muchas cosas por hacer (consumía más aceite que gasolina). Al volver a Valencia tomó la determinación de repasar la mecánica. Para ello recurrió a la abundante documentación técnica original que aún puede encontrarse en los círculos especializados en el mundo de los Buick históricos (fotografía de la derecha). 

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Así lo hizo y desde los Estados Unidos de América se mandó todo el equipo motor necesario para restaurar la mecánica: pistones, segmentos, válvulas, guías de válvulas, etc. También se repasó la caja de cambios también porque perdía aceite por todas partes. Finalmente, los frenos también se ajustaron. De la carrocería tan sólo necesitaron algo de atención los cromados, porque de pintura y tapizado estaba perfecto.

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Desde ese momento se ha limitado a  realizar el mantenimiento que lleva el coche. En años posteriores ha participado con total fiabilidad, entre otros, como en los prestigiosos rallys organizados por el Club de Automóviles Antiguos de Valencia, como la Ronda Fallera de Coches de l´Antigor. El que fue su orgulloso dueño definiría al coche en dos palabras como “el Gran Gatsby”  porque es  elegante, compacto y  muy coquetón por la combinación de pintura que lleva.

Impresiones de conducción

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Sobre su conducción, nos explica que “el Buick da una gran sensación de seguridad, al estar bien sentado en la carretera, tener una buena potencia, 90 caballos vapor, una buena frenada y ser un coche muy rutero: puede circular perfectamente entre los 70-80 ó 80-90 kms./hora durante kilómetros y kilómetros sin que se entere”.

Destaca que “cuando te identificas con el coche lo llevas con un gran gusto. No tiene nada que envidiarle a otros coches americanos de la época aunque del año 1929 a los años treinta ya se nota la evolución técnica en temas como suspensión, frenos, y comportamiento en general”.

Sobre el bastidor,  nos señala “de suspensión, de ruedas, etc., el coche va muy bien, pero el punto débil son los frenos accionados mediante tambores exteriores (fotografía de la izquierda): nos hace hincapié en que si los tienes bien ajustados frenan fenomenal, teniendo en cuenta que son del año 1929. Hay que guardar las distancias de seguridad y punto”.

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“Cuando llueve es preciso ir tocando constantemente el freno para escupir el agua que se va acumulando en las zapatas. De lo contrario, prosigue contándonos Víctor, cuando llegue el momento de frenar te quedas sin frenos. Es el punto débil del coche en mojado. Lógicamente al ser de accionamiento mecánico, combinando un sistema de cables y palancas, exigen mayor esfuerzo por parte del conductor”.

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Finalmente, concluye diciéndonos que “en el tráfico moderno se ve un poco fuera de lugar con él pero también protagonista: te encuentras con la incomprensión de la gente, con la envidia, con falta de cultura y de educación. Estos coches, nos dice, deben verse con un poco de cultura y admiración, porque gracias al señor que lo ha comprado y conserva todo el mundo puede disfrutar de un patrimonio cultural  rodante”.

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El conductor dispone de un gran campo visual gracias a parabrisas, ajustable y abatible y dotado de un limpia parabrisas (fotografía de la izquierda). El tablero de mandos, realizado en chapa pintada en el mismo color que la carrocería, es muy completo e incluye un velocímetro, manómetro de la temperatura del agua de refrigeración del motor, aforador del nivel de gasolina en el depósito, manómetro indicador de la presión del aceite del motor y amperímetro.

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A lo ancho del mismo se ubican diversos mandos y diversos mandos, entre los que destacan el mando del estrangulador, para facilitar el arranque el frío, el mando para calentar el colector de admisión y el interruptor del limpiaparabrisas. El tablero dispone de iluminación así como de luz para leer mapas (fotografía de la derecha).
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El acelerador puede accionarse desde el correspondiente pedal o desde un mando dispuesto en el volante. Desde el volante también se puede avanzar o retroceder el encendido y regular las luces. El volante dispone de un cerrojo que lo bloquea como medida de seguridad (fotografía de la izquierda).

La palanca del cambio y del freno de mano se ubican en el suelo de piso, junto a los pedales de acelerador, freno y embrague. El conductor dispone de un pedal adicional para efectuar el arranque del Buick. La caja de cambios cuenta con tres velocidades hacia delante y una de marcha atrás.

Vida a bordo

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Nosotros, como copilotos, durante años llenos de buenos recuerdos, pudimos gozar de este Buick; para los viajeros es un coche agradable, cómodo y lleno de detalles de buen gusto; se mire por donde se mire, aparecen detalles gran calidad, tanto en la carrocería -como es el caso de la figurilla que adorna la coraza del radiador (fotografía de la derecha)-, como en el motor, que transmite una gran sensación de robustez y potencia; es una grata sensación que también hemos tenido al probar otros modelos de la marca.

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La carrocería, es obra de Fisher, uno de los carroceros más célebres de la época por la elegancia de sus realizaciones. La versión probada, Sport Roadster, permite disfrutar de un roadster de dos puertas y cuatro plazas de capacidad, de las cuales dos corresponden al asiento supletorio situado en el maletero, o de un elegante coupé dotado de una capota y unas cortinillas que protegen a sus ocupantes de las inclemencias del tiempo. El capotado o descapotado del vehículo es fácil, tarea que puede realizar fácilmente una persona.

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El acceso al coqueto habitáculo lo facilitan los estribos (fotografía de la derecha) y los apoyapiés, previstos para los ocupantes de las plazas ocasionales traseras.  Los acompañantes del conductor a su vez disfrutan de un amplio asiento forrado en piel, haciendo juego con el color de la carrocería y de una mullida moqueta de lana que hace juego con el color de los asientos. Como la carrocería se estrecha a la altura de los pies, no destaca el espacio para los mismos; en la plazas traseras, unos reposabrazos incorporados a la estructura del asiento proporcionan apoyo para los brazos.

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El techo del coche se puede abatir por completo con lo cual se transforma en un precioso cabriolet. La operación exige desmontar las cortinillas desmontables, soltar unos cierres y retirar hacia atrás la capota. Su contenido peso permite que la operación la realice rápidamente una sola persona (fotografía de la izquierda). La estructura de la capota es de madera y una vez  que se capota queda perfectamente fija sin generar ruidos o turbulencias.

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Las puertas no llevan ni marco ni cristal, aunque van dotadas de un deriva brisas de cristal biselado. Cuando se instala la capota pueden montarse  las  cortinillas que hacen el papel de los cristales. Como detalle curioso la puerta del conductor aloja un completo bar con sus correspondientes petacas y vasitos (fotografía de la derecha).

La ventilación del habitáculo se completa con unas ventanillas ubicadas al lado de los pies de los ocupantes y frente al parabrisas que permiten la entrada de aire fresco al interior del mismo.

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Los ocupantes del asiento trasero, conocido como “ahí te pudras”  (fotografía de la izquierda) disfrutan de un asiento forrado en piel, en el mismo color que el resto de la tapicería, y de suelo enmoquetado. El acceso a este compartimento no es difícil gracias a los estribos dispuestos con esta finalidad.

Cuando nadie ocupa estas plazas se dispone de un generoso maletero. Una trampilla dispuesta en un lateral permite acceder a su interior sin necesidad de levantar el gran portón que lo cierra.

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A modo de conclusión podemos decir que Buick, durante los años 20 y 30 del siglo pasado, fue una marca que representaba los mejores valores del automovilismo americano: diseños elegantes pero sin ostentación; excelentes acabados a un precio asequible; mecánicas potentes y extremadamente sólidas; y, sobretodo, carrocerías y estilos para todos los gustos. Durante los años que pudimos disfrutar con él, en compañía de su propietario, demostró ser fiable, un excelente rutero, y capaz de compararse sin complejos con afamadas marcas europeas;  ¿qué más podemos pedir?…..

Ficha técnica

Motor

  • Número de cilindros: Seis en línea.
  • Distribución: Árbol de levas lateral y válvulas en cabeza.
  • Cilindrada: 5.073 centímetros cúbicos.
  • Diámetro y carrera: 92 * 127 mm.
  • Potencia: 90.5 cv. a 2.800 rpm.
  • Par: 29,72 mkg. a 1.200 rpm.
  • Alimentación: Carburador Marvel.

Transmisión

  • Tracción: Trasera. Grupo trasero flotante.
  • Cambio: Manual de tres velocidades y marcha atrás.
  • Embrague: Multidiscos, de accionamiento mecánico.

Bastidor

  • Suspensión delantera: Eje rígido, ballestas semielípticas y amortiguadores hidraúlicos.
  • Suspensión trasera: Eje rígido con ballesta en cantilever.
  • Dirección: Tornillo sin fin.
  • Frenos: Mecánicos de tambor a las cuatro ruedas, por cinta exterior.
  • Ruedas: Llantas de madera. Neumáticos de 32’’ x 50’’ de baja presión.

Carrocería

  • Carrocero: Fisher.
  • Plazas: Cuatro.
  • Medidas: 4.530mm. de largo, 1.810 mm. de ancho y 1.800 mm. de alto.
  • Peso: 1.720 kilogramos.

Prestaciones

  • Velocidad máxima: 110 kilómetros/hora aproximados.
  • Consumo medio: 18-22 litros/100 kilómetros.

Fabricación

  • Época de fabricación: 1928-1929
  • Ejemplares construidos: 6.379
  • Precio: 1.325 dólares USA.

Agradecimientos: se agradece a Víctor su inestimable colaboración para la elaboración de este reportaje.

Texto: Juan Inigo Ros

Fotografías: Juan Inigo Ros y General Motors/Buick

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